Estreno de la semana

viernes, 30 de abril de 2010

3 de 4 estrellas, sobretodo por 1 de 4 actores

EL MUNDO MAGINARIO DEL DR. PARNASSUS (THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS)
* * *

Hace dos años, Heath Ledger murió por una accidental sobredosis de medicamentos. Fue trágico. Fue triste. Fue incluso más exasperante cuando volvíamos a ver sus brillantes actuaciones en Secreto en la montaña (Brokeback Mountain) o El pasado nos condena (Monster’s Ball). Meses después de su accidente, nos estremeció con su última actuación completa en El Caballero de la Noche (The Dark Knight). No necesito hablar mucho de su rol como el Guasón, salvo que es una de las mejores actuaciones de la década.

Ahora nos llega su verdadera última aparición en la pantalla grande, El Mundo Imaginario del Dr. Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus), dirigida por el descabellado Terry Gilliam. Descabellado en el buen sentido. Sus películas mayormente son un desorden completo. Como si toda su imaginación la pusiera en una licuadora y nos sirviera un gazpacho de creatividad. Pero con Ledger como personaje central todo cobra mayor sentido.

Parnassus (interpretado por el veterano Christopher Plummer) tiene mil años. No sé quién le habrá dado el grado de doctor, pero es difícil llegar hasta esa edad con una maestría solamente. Cuando era joven, Parnassus hizo un pacto con el diablo para obtener inmortalidad, a cambio de darle a cualquier hijo que tuviese cuando éste cumpla 16 años. La película inicia con Parnassus y su teatro ambulante que presenta el Imaginarium, un mundo al cual uno entra por un espejo y vive sus fantasías más locas, surrealistas y descabelladas. Después aparece Tony (Ledger), ahorcado desde un puente. Sí, esa una imagen un poco chocante. Pero no está muerto, y después de rescatarlo sólo sufre de una ligera amnesia. Decide acompañarlos y renovar un poco la imagen del show, mientras que la hija de Parnassus, de 15 años 11 meses y 29 días de edad se enamora de él.

Ledger había filmado todas las escenas fuera del Imaginarium antes de su muerte. Así que Gilliam hizo unas adaptaciones al guion y contrató a Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell para que interpreten a Tony dentro del mundo fantástico. ¿El resultado? No muy lejos de entretenido en los dos primeros casos, mas un poco forzado con Farrell en el último acto (aun así, su actuación es la más destacada de los reemplazos).

La película se hace casi obligatoria para ver una vez más al fallecido actor. Por otro lado, no es la gran obra maestra que Gilliam nos prometía. En todo caso, nunca deja de ser interesante y cada vez que aparece Ledger no podemos estar otra cosa que fascinados ante un gran actor haciendo lo que le más le apasionaba. A pesar de ya no estar con nosotros, lo podemos ver y sentir su pasión, inmortalizada en celuloide para siempre. Me quedo con una frase de Johnny Depp en la película, quizá referida a su colega: “Nothing is permanent, no even death”.

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