La película que cambió vidas (la de su actriz principal y sus productores)

UN SUEÑO POSIBLE (THE BLIND SIDE)

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Mi sueño imposible fue que la (verdadera) mejor actuación femenina del año le pudiese ganar a la actuación más popular. Gabourey Sidibe contra Sandra Bullock. El primer nombre pocos saben pronunciarlo, el segundo adquirió reconocimiento en Máxima Velocidad (Speed) a lado de Keanu Reeves. Y si comparáramos incluso las películas por las cuales ambas actrices estuvieron nominadas, Preciosa y Un sueño posible, estaríamos entre un bien realizado e intenso drama y un aguado sermón pseudo-sincero. La historia está “inspirada en hechos reales”, cartel que antecede a filmes conmovedores como Despertares (Awakenings) o Mi Nombre es Harvey Milk (Milk) en un lado del espectro y a flácidas películas como ésta en el otro. Pero el problema no está en la actuación de Bullock per se. De hecho, ella le da mucha vitalidad al rol, siendo el punto fuerte de la película.

Sueño cuenta la historia de Michael Oher, un chico negro pobre del gueto que logra llegar al equipo de estrellas de la liga de fútbol americano con la ayuda de Leigh Anne Tuohy, una madre de familia que se apiada de su situación y lo adopta en su hogar. El principal problema aquí es el guion, que es atacado a diestra y siniestra por clichés cursis, a veces tan insufribles como el del niño pequeño (hijo de Leigh Anne) sabelotodo que escena tras escena va cayendo más pesado. O la turba de malas amistades que quieren forzar al joven Michael a caer en los vicios del alcohol y las drogas. O las amistades de Leigh Anne que subestiman a Michael, o la hija que sufre burlas y comentarios al respecto pero termina tratándolo como un hermano, etc. Gracias a dios existe el “etc”, porque me canso de mencionar todos estos momentos en los que la historia entra en piloto automático y los pocos rastros de honestidad se pierden.

Creo que el crítico estadounidense Michael Phillips realmente da en el clavo al identificar el problema de esta película en una escena en particular. Cuando Leigh Anne está cenando con sus amigas y ellas le dicen: “Estás cambiando la vida de este muchacho”. Leigh Anne responde: “No, él está cambiando la mía”. El problema: nunca vemos el supuesto cambio en ella. No sufre ninguna transformación profunda o cambio de mentalidad relevante por nada en ningún momento. Se conmueve cuando Michael confiesa que nunca ha tenido una cama propia, pero jamás va más allá de un simple momento triste con musiquita suave de fondo. Un personaje que nunca llega a tener dimensiones aparte de ser la mujer blanca bondadosa que adopta al chico negro.

No obstante, contra la mayoría de sus defectos, la cinta no es tan aburrida. Diría que, por la calidad de Bullock a contracorriente del guion y, sobretodo, el carisma natural del actor Quinton Aaron (quien interpreta a Oher), esta película no es un desastre completo. Algo debe tener para haber recaudado casi 300 millones de dólares en todo el mundo. A las mujeres seguramente les gustará más que a los hombres. En todo caso diría que se puede ver en la comodidad del hogar, con canchita y refresco. Ellas quedarán contentas y nosotros podemos ahorrar los 20 soles de entradas y combo del cine para ir al estadio el fin de semana y disfrutar de verdadero fútbol.     

La escena clave en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=afd7ueA0YZg