Estreno de la semana

jueves, 24 de junio de 2010

Contra todos los estándares de las franquicias

TOY STORY 3
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A pesar de que la primera Toy Story sigue siendo la mejor de la franquicia, sus secuelas han logrado avanzar mucho en el aspecto visual de la animación por computadora, de manera que, en esta tercera entrega, el contenido substancial puede dar mayor paso a la acción y la comedia, mientras que el placer de los ojos compensa y el alcance emocional nos recuerda que estamos viendo una película de Pixar.

Primero tenemos una secuencia muy divertida que nos lleva a la imaginación de un niño cuando juega con sus juguetes. Woody, Jessie y Buzz Lightyear (Tom Hanks, Joan Cusack y Tim Allen), montados en el confiable Tiro al Blanco, tratan de detener al Señor Cara de Papa (Don Rickles), quien ha destruido las vías del tren lleno de huérfanos. A través de la película, entendemos que estas fantasías también las viven los juguetes y por eso es tan trágico cuando su dueño crece y deja de jugar con ellos. Después de este flashback, se nos presenta la dura y presente realidad: Andy (John Morris) ya tiene 17 años, está a punto de irse a la universidad y debe decidir qué hacer con sus juguetes. Existen tres opciones para ellos. La primera es vivir guardados en el ático; la segunda es ser donados; la tercera, la más terrible, es la basura.

Pero pronto, Woody y su pandilla se encuentran en la guardería Sunnyside, donde la imaginación y cariño de Andy es reemplazada por la torpeza y brusquedad de los pequeños de 2 y 3 años. Claro que existe otro ambiente dentro del mismo local para los niños que son más grandes, responsables y tiernos con sus juguetes, pero Sunnyside es regido por un engañosamente agradable oso de peluche llamado Lotso (Ned Betty). Es muy difícil que en una película, sobretodo en una comedia, existan tantos personajes con personalidades completas y chistes independientes cada uno. El equilibrio entre los personajes cruciales para la trama y los que sirven para colocar muy graciosas situaciones alrededor de ella (hablo en particular de Ken y Barbie, voces de Michael Keaton y Jodi Benson respectivamente) está muy bien controlado.    

La película rápidamente parodia con mucho ingenio y humor las cintas de escapes de prisiones. Mas con los genios de Pixar, las cosas jamás son tan superficiales. La escena donde los juguetes están a punto de morir en el procesador de basura es simplemente aterradora y conmovedora a la vez. La última escena es de las más conmovedoras que he visto en mucho tiempo, y estoy seguro que apelará más a los adultos que a los niños. Toy Story 3, la película más entretenida en lo que va del año, está repleta de esos momentos que llegan al corazón del público. Pixar ya no es sólo la productora que hace las mejores películas animadas. Es la más confiable y esencial de toda la cinematografía contemporánea. 



Nota: La película es precedida por un genialísimo cortometraje animado, también de Pixar. Se llama Day and Night y es una delicia. Para los que no van a verla todavía, llegar temprano es menester.

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